jueves, 14 de junio de 2007

Gratuidad y calidad educativa

La gratuidad y la calidad educativa siempre deben estar garantizadas puesto que es un derecho que tiene la sociedad y un deber constitucional del Estado.
El artículo 14 de la Constitución Nacional establece claramente que todos los habitantes de la República tienen derecho a la educación, y en su artículo 75 inc. 19, enuncia: “… sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad nacional respetando las particularidades provinciales y locales: que aseguren la responsabilidad indelegable del Estado, la participación de la familia y la sociedad, la promoción de los valores democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin discriminación alguna; y que garanticen los principios de gratuidad y equidad de la educación pública estatal y la autonomía y autarquía de las universidades nacionales…”. Por otra parte la recientemente sancionada Ley de Educación Nacional contempla entre otras cosas “…una educación de calidad que permita acceder a los saberes para conocer, reflexionar e intervenir sobre el mundo, una educación que brinde igualdad de acceso a estudios superiores, una educación que cuente con edificios apropiados, el equipamiento necesario y recursos…”.
Si bien es cierto que la institución educativa está atravesando una gran crisis, en donde tienen lugar frases como “no es posible sostener la gratuidad de la enseñanza, la gratuidad de la enseñanza superior es injusta”, entonces la pregunta que viene es ¿dónde está la garantía? ¿es acaso que sería más remunerable privatizarla? ¿Quién gana si eso sucede?, de seguro los estudiantes no, la sociedad entera no, la recaudación indudablemente aumentaría los bolsillos de unos pocos, se generaría una gran deserción estudiantil y ese factor solo fomentaría la ignorancia, la no capacitación y por ende una mayor hegemonía para los grupos que detentan el poder. Otra de las proposiciones que surgen es “los pobres pagan para que estudien los ricos”, ¿cuáles ricos?, la mayoría estudiantil proviene de la “clase media” trabajadora, esta solo es una falacia más generada para el fraccionamiento de la sociedad, para asegurar la desintegración y desdibujar la realidad, montar un escenario en el que los perjudicados no sean quienes proponen este tipo de alucinaciones. Otras farsas, no menos falaz que las antes presentadas son: “es imposible garantizar la calidad de la enseñanza en un contexto de masividad y el ingreso irrestricto a la universidad es una de las causas de su ineficiencia” ¿cómo la masividad puede ser causa de la decadencia de la calidad educativa?, esta idea totalmente nefasta ¿nos estaría indicando que debería establecerse un “sistema de selección”, siendo que vivimos en una sociedad democrática en donde todos tenemos los mismos derechos y garantías?, definitivamente NO, no se puede consensuar jamás un pensamiento de esa índole, es una idea que atenta contra todos nuestros derechos, principalmente en donde la lucha por la igualdad es primordial en un contexto de desigualdades.

Raquel Ramoa.

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