sábado, 9 de junio de 2007

Sin guerra no hay horror, sin Horror no hay guerra

La guerra, el horror. Dos temas de gran importancia en los que se basa la película Apocalipsis Now de Francis Ford Coppola. Dos términos co-dependientes en donde unos no existiría sin la “compañía” del otro.
Pocas son las veces en las que no quedan claro los destrozos que la guerra provoca. No hace falta mostrar miles de cadáveres quemados o destrozados, o ciudades y pueblos arrasados y borrados. Basta con reflejar en la mirada y en las palabras de un solo hombre todo lo que de irracional y monstruoso tienen todas las guerras. Y aquí es donde hacemos alusión al espiral de locura y violencia, simbólicamente representada en la misión que se le asigna al capitán Willard, combatiente de fuerzas especiales.
Los conflictos hoy en día existen y los seguirá habiendo tristemente porque los que inician las guerras, los que las provocan, aquellos dirigentes que, motivados por el poder o el dinero, se lanzan a una guerra en un país preferiblemente lejano al suyo, jamás descubrirán hasta que punto la guerra es lo más terrible que existe hoy en día. Los que manejan solados, bombas y armamento, lo hacen lejos del mismo corazón del conflicto, lejos de donde las bombas caen, lejos de donde los proyectiles explotan. En síntesis, lejos del lugar donde Kurtz estuvo un día y vio el Apocalipsis que lleva consigo toda la guerra: peste, hambre, guerra y muerte. Aquí se refleja aquel horror que nombré al comienzo. Willard a lo largo de la travesía comprueba que quizá Kurtz tuviera un buen motivo para refugiarse del mundo; y del horror del que está lleno. Y por esta razón se sumergió en un mundo, en un rincón, sin despedirse de nada. Es lo que le intenta explicar a Willard cuando éste le encuentra finalmente: “El horror…El horror”.

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