martes, 5 de junio de 2007

LA GUERRA: EL LADO OSCURO DE LA PSIQUIS HUMANA

He aquí la contradicción: ¿Cómo la raza humana, aquella que representa la civilización, el avance, el progreso, la tecnología, la organización, etc., ha caído en la más grande de las atrocidades conocidas por ésta?
Allí donde impera la destrucción y aniquilación de aquel llamado “enemigo”, deshumanizarlo a tal punto de reducirlo a un montón de despojos humanos, y cuando esto se lleva a cabo, el soldado orgulloso y regocijado en su victoria, besa su medalla identificatoria y agradece a su país como si éste le hubiera ofrecido la oportunidad más grande de su vida: la licencia para matar a un igual.
Pues la respuesta que podemos encontrar a uno de los más funestos actos de maldad, es que aquella idea de moral, lógica, razón, sentido común, etc., quedan obsoletos, puesto que el hombre se encuentra inmerso en un estado de demencia e irracionalidad carente de discernimiento en el momento de la contienda, y es así como queda sometido por otros valores que van en detrimento de para lo que fue creado.
En consecuencia, nos muestra hasta dónde llegan los parámetros, los confines de la psiquis humana, y cómo esta es violada, traspasada hasta perder las riendas en aquel inframundo.
¡¡La constante paradoja -¿hacer la guerra para lograr la paz?-, la ironía -enseñar a los chicos a disparar a la gente pero no dejarles escribir la palabra “fuck” en sus aviones-, la mentira -sobre lo que está sucediendo en la guerra, el verdadero propósito que se oculta, el “american way of life”, utilizado como justificación típica de los militares y gobernantes de los Estados Unidos: “aniquila simplemente por mantener su poder y de esta forma seguir expresando su denuncia!!
Lo interesante y peculiar de aquel escenario de matanzas es una suerte de antagonismo más que explícito, es decir, donde un hombre considera común y normal el trabajo, las obligaciones, la formación de una familia, etc., este estilo de vida pierde razón de ser y es reemplazado por un constante derramamiento de sangre que resulta aceptado y consensuado como algo cotidiano. Aquí rigen otras normas e instituciones que induce al ser humano a que como tal, abandone por completo su condición de civilizado.
La obsesión, la manía, el fanatismo, la locura que se manifiesta a través del caos de aquellos que han rendido su humanidad y se convierten en depredadores que se someten y someten a otros seres humanos a castigos brutales.
Es una máquina desquiciada por la degradación mutua, la exacerbación hasta el extremo límite de una barbarie y la delgada línea que separa la modernidad del salvajismo.
Todo esto se ve representado a través de un solo personaje: El de Kurtz, quien no ha sido capaz de mantener la fatigosa disciplina necesaria para conservar su conciencia moral, su actitud humana y ha llegado a un territorio en el que late sin cesar, como los tambores caníbales que retumban en la selva: “(…) no había poder sobre la tierra que pudiera impedirle matar a quien se le antojara y cuyo mundo sólo conocía el horror (…)”, esto se traduce en un mismo lenguaje: la urgencia, la demencia, el regocijo, el horror, la sensualidad y el dilema moral de la guerra más surrealista y catastrófica de los americano es el verdadero corazón de las tinieblas, el oscuro corazón del hombre…

1 comentario:

vladimir dijo...

Eliana, con tu permiso, te tiro una bomba: La verdadera racionalidad es la irracionalidad. Lo demás son sólo patrañas dictatoriales (en el sentido más estricto del término, es decir, que dicta). Qué quiero decir. Progreso, Civilización, Organización, Bien, Verdad, son cuadriculaciones de la vida, dogmatizaciones (sutiles o no) que cercan, que acorralan, que limitan, que reprimen, y que además negocian (en el sentido más económico del término). La guerra es negocio. Esto es: la guerra es racional. En otras palabras, la guerra es el lado oscuro de la psiquis humana precisamente porque es racional. La racionalidad huele a podrido.